lunes, 6 de abril de 2015

"LA PROSTITUCIÓN, UNA VIOLACIÓN A LA IGUALDAD"





Fuera de nuestras fronteras España es considerada como “el gran burdel de Europa”; las carreteras están plagadas de clubs que llaman fuertemente la atención con sus luces de neón y simplemente con preguntar en cualquier lugar “¿dónde están aquí las chicas?” todo el mundo entiende qué se está buscando.  Su existencia es conocida y está normalizada.

En esta sociedad capitalista donde todo se compra y se vende algunas personas entienden la prostitución como un ejercicio de libertad, una decisión personal tanto de quien ofrece sus servicios para obtener un beneficio económico o material, como de quien paga para satisfacerse sexualmente; decisión en la que no cabe inmiscuirse. Sin embargo, presentar un fenómeno tan complejo como el de la prostitución como un mero intercambio entre iguales es del todo simplista e irreal.

¿Por qué el 90% de las personas en prostitución son mujeres? ¿Por qué la casi totalidad de los prostituidores son hombres? ¿Por qué en un contexto en el que las relaciones sexuales se han liberalizado la prostitución no deja de aumentar? ¿se puede llamar libertad a una decisión condicionada por extremas circunstancias personales y sociales? Estas son algunas de las cuestiones que cabe preguntarse cuando nos sentamos a reflexionar sobre este tema.  

Queda patente que la prostitución es un asunto de género, son las mujeres las que conforman la mayor parte de la oferta, pero también es un asunto de clase y está vinculado con la  pobreza; son especialmente mujeres migrantes para las cuales la prostitución se presenta como su única alternativa. En estos últimos años, motivado por la crisis, se ha producido también, según las asociaciones que trabajan con este colectivo, un aumento de las mujeres españolas. Esto parece lógico, ante unas necesidades económicas que cubrir se opta por una vía que aparece disponible para las mujeres. Esto nos lleva a trasladar el foco de atención desde la mujer a la raíz de la cuestión, ¿por qué existe esta demanda? O lo que es lo mismo,  ¿por qué acuden los hombres a prostitución? 

Parecería razonable que en un momento en el que existe una aceptación de las relaciones sexuales esporádicas, las personas que desean mantener relaciones sexuales lo hicieran con otras que deseen lo mismo. Pero lo que está sucediendo es la tendencia contraria, coincidiendo con el momento en que las mujeres han ido conquistando derechos y alcanzando parcelas de igualdad, entre ellas el derecho a expresarse sexualmente (sin obviar que el estigma “puta” sigue presente para las mujeres, no así para los hombres que ante las mismas circunstancias son considerados “machos” o “campeones”). Esta situación nos lleva a pensar que hay algo más, y que no es sólo sexo lo que se busca cuando se acude a la prostitución. El pago permite acceder a la relación sexual de manera rápida, ya no hay que invertir tiempo en hablar con otra persona y seducirla, o cómo señalan algunos jóvenes “te evitas estar pagando copas y correr el riesgo de terminar la noche solo”. Además, no es necesario estar pendiente del placer ajeno, pues el pago te exime de responsabilidades para con la otra persona, tanto en el momento de la relación sexual como posteriormente. 

Pero además de la figura del prostituidor, alrededor de la industria del sexo se encuentran otras personas que también obtienen beneficios de su existencia, son los llamados “empresarios del sexo”. Es aquí donde queremos centrarnos, por los últimos cambios que han acontecido en el contexto español.

Hasta ahora el Código Penal castigaba con pena de prisión de dos a cuatro años y multa de doce a veinticuatro meses (art. 187): a “aquel que engañe/use violencia o intimidación/se valga de su superioridad/se valga de la situación de necesidad de la víctima con objetivo de obligarla a ejercer la prostitución” o  a “quien obtenga beneficio de la prostitución de la víctima, aunque esta lo hubiera consentido”. Sin embargo recientemente, el Senado a petición del Gobierno, aprobó una modificación del art. 187 sin consulta previa a ningún agente social o formaciones políticas. Esta modificación dificultará sustancialmente la persecución penal de este tipo de conductas, puesto que para que se dé la situación de explotación deben darse  alguna de las siguientes circunstancias: a) Que la víctima se encuentre en una situación de vulnerabilidad personal o económica. b) Que se le impongan para su ejercicio condiciones gravosas, desproporcionadas o abusivas.
 
Por tanto, con esta nueva modificación no se sanciona la obtención de lucro económico, sino las conductas de explotación y claro está, siempre que respondan a esos dos requisitos totalmente subjetivos y difícilmente demostrables. ¿Qué se consideran condiciones gravosas, desproporcionadas o abusivas? ¿ejercer durante más de 8 horas? ¿ ser obligada a pagar una cuantía de más de X euros por la habitación en la que tienen lugar los servicios sexuales? ¿Qué el “empresario” se quede con más del 50% de las ganancias? ¿ser objeto de violencia repetida?; y lo mismo ocurre con el otro supuesto ¿ qué se entiende por situación de vulnerabilidad personal o económica? ¿no haber tenido otra alternativa de subsistencia que el ejercicio de la prostitución? Y en el caso de ser así, ¿cómo se podría demostrar que la persona lo intentó todo antes de introducirse en la prostitución? Sin duda, un despropósito que no trae ningún beneficio para las mujeres que se encuentran ejerciendo y dificultará su protección. Al encontrarse la prostitución en una situación alegal en nuestro país, lo que terminará ocurriendo es que la interpretación de la ley quedará abierta a la menor o mayor sensibilidad que tengan los jueces y juezas, además de dificultar la persecución del delito de trata de seres humanos.
Desde el Colectivo Feminista Trece Rosas consideramos esencial luchar contra esta lacra que constituye una manifestación clara de desigualdad y violencia contra las mujeres. Nos manifestamos en contra de su inclusión en el PIB y en contra de esta reforma incoherente con lo señalado por el Parlamento Europeo (la necesidad de erradicar la prostitución), en su informe de 26 de febrero de 2014. 

Instamos al Gobierno a que sea coherente con las directrices europeas y las conclusiones a las que él mismo llego durante las últimas reuniones en las que se trató está cuestión -la Ponencia sobre la prostitución en nuestro país en el año 2007 y en el 2011 en el informe sobre las posibilidades de actuación contra los anuncios de contactos- , donde se manifestaba partidario de la abolición de la prostitución por considerarla una manifestación de desigualdad de género, que dificulta la consecución de la igualdad.

No nos conformamos con la aprobada ley de seguridad ciudadana que a partir del verano de 2015 multará a los clientes que compren sexo cerca de colegios, parques y lugares públicos porque la prostitución no es un problema de seguridad ciudadana, ni de visibilidad pública, es una violación de derechos de las mujeres que dificulta la consecución de la igualdad. Es totalmente incoherente decirle a las nuevas generaciones que chicas y chicos tienen igual valor, las mismas posibilidades y oportunidades de futuro cuando a la par se transmite el mensaje social de que cuando lo deseen tendrán accesible el cuerpo de sus compañeras.

Colectivo Feminista Trece Rosas

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