Virginia Carrera Garrosa,
Portavoz del Colectivo Feminista Trece Rosas
Domingo si, domingo no, esa es la cuestión.
En pleno debate sobre la racionalización
de horarios y la posibilidad de retrasar una hora nuestros
relojes, como fomento de la conciliación de la vida laboral, familiar y
personal, en nuestra Salamanca ha surgido otro debate en paralelo: la
posibilidad que plantean algunos grupos de liberalizar los horarios
comerciales. Esta propuesta permitiría la apertura de establecimientos un mayor
número de festivos o la ampliación de los
horarios en días laborables.
Sin duda, para muchas y muchos, ha
sido el tema de conversación de las últimas semanas. Me atrevería a decir, según
el perfil de este sector altamente feminizado, que para muchas mujeres ha sido
un tema de conversación y preocupación, puesto que la apertura de más festivos
en el comercio puede ver amenazadas sus condiciones laborales y salariales.
Durante estas semanas he escuchado a
algunos compañeros y amigos decir que quizás esta medida sirva para generar empleo, un nuevo empleo. Desde
la óptica de la que firma que compra,
cuando puede en el barrio, y cuando no en el centro de la ciudad, aumentar la
apertura en festivos no supone generar mayor ventas, sino distribuir estas
compras entre más días. En palabras del presidente de la Confederación de
Empresarios del Comercio de Castilla y León no se aumentarán las ventas si no
que se trasvasarán al domingo.
Durante estos últimos años las
empresas no han parado de repetir que no pueden contratar, que no hay liquidez,
que no hay ventas; si con esta
liberación las ventas no aumentan, mi pregunta es ¿cómo van a generar
empleo?
Lo que se me viene a la mente es que
esta medida comercial no hará más que
distribuir la jornada laboral de las plantillas del lunes a domingo. Esto en realidad significa estar disponible
para la empresa los sietes días de la
semana. La ampliación de horarios
supondrá la implantación de una jornada irregular en las grandes superficies.
Una jornada laboral que gracias al reformado artículo 41 del Estatuto de los
Trabajadores podrá ser
flexibilizada y modificada a gusto de las empresas, en un sector que ya de por si está altamente precarizado y tiene elevadas tasas
de jornada a tiempo parcial. Un claro ejemplo lo tenemos en una conocida cadena
de supermercados, donde hace muy poco
ampliaban el horario de apertura en
media hora, sin nuevas contrataciones ni
aumento en las nóminas de su plantilla.
Después de estos preceptos me atrevo a decir que esta medida liberalizadora no genera empleo, sino que lo hace más precario.
Y por supuesto, no nos olvidemos del
pequeño comercio, el tradicional, el del personal autónomo que se las ve y se
las desea para pagar su cuota. Esta liberalización no hace sino restar
competitividad al pequeño comercio, que ha de afinar cada vez más su estrategia para sobrevivir frente a las grandes
superficies.
Tampoco tiene que ver con la
afluencia de turistas. En esto Emilio Checa nos dejaba bien claro que la
apertura del pasado domingo, coincidente con un festivo, y por tanto con más
turistas en nuestra “city”, no había generado mayores ventas.
Y qué decir
de la famosa conciliación de la vida laboral y familiar, ahora que está todo el
debate de horarios en la Subcomisión del Congreso, llegamos los salmantinos y
queremos abrir los domingos.
Lo que nos debemos plantear es si es
realmente necesario consumir en domingo, si nos hará más felices salir a
comprar el domingo o si eso dará más “vidilla”, como dicen
algunos, a la ciudad. Señoras y señores,
si el aumento de nuestro furor y ocio se
lo debemos a Amancio Ortega, tenemos un
serio problema. Con estos planteamientos, dentro de nada querremos que nos atiendan en el banco el domingo, luego ir
al médico de cabecera, para después acercarnos al Ayuntamiento a pagar una
multa.
No creen ustedes que lo que habrá que
plantear son medidas que generen realmente empleo, y creo que para eso no debemos
olvidar las viejas consignas que todavía no son realidad, trabajar
menos para trabajar todos (y todas), eso sí un empleo digno que nos permita
a la inmensa mayoría ir a comprar durante los 6 días de la semana que en la
actualidad abren los comercios.
La vida es para disfrutarla, no para consumirla.
Muy buen artículo, Vir.
ResponderEliminar